Los Quijotes de la innovación. EL MUNDO
Economía – INnovadores
LABORATORIO ‘MADE IN SPAIN’ – AINHOA GOÑI
Pido disculpas a los lectores porque, a sabiendas, esta columna va de obviedades. Pero hay momentos de la vida en el que la verdad debe ser gritada, defendida, luchada a fuego y guerra, sin dejar heridos.
La innovación está reñida con la cordura, con los molinos, con los gigantes imposibles. La innovación, ajena a veces a nuestro pequeño mundo de pequeñas cosas, se pierde en escuetos titulares o en proyectos sin hacer.
Seremos, tenemos que ser, hay que ser… la clave es el futuro inmediato y los sueños a largo plazo.
Seremos, porque no nos queda otra, un país de innovadores, de avances, de luchas, un país en el que la mirada desalentadora no se dirigirá hacia el soñador dispuesto a romper las barreras y cambiar las normas. La innovación es el único camino para la supervivencia, especialmente para el triunfo en un mundo que no para.
Mientras que Van Gogh moría como un pobre desconocido, algunos mercaderes triunfaban a sus anchas vendiendo copias aburridas, pero de moda. Bien, no hagamos lo mismo, no apostemos por las copias, apoyemos a los empresarios en vaqueros, al jefe creativo, al soñador capaz de enfrentarse a los molinos sin otra coraza que una idea.
Así pasa por mi mente Palibex, una flota de gigantes guerreros con ruedas. Esta empresa, que surgió de la nada, se ha convertido en un referente en cinco años, cambiando la forma de hacer negocios en un mercado sobrio, lleno de tópicos masculinos y de robustez, como sus integrantes. Pues bien, innovaron en las rutas, en la forma de realizar entregas y, especialmente, en la forma de cuidar su valor más importante: los trabajadores.
Ahora les digo: prepárense para la sorpresa, que esta empresa española, con programas de conciliación, masajista, sala de ping-pong y con actividades de grupo en teatros y museos, es una empresa de transporte. Y como esta columna va de locos, tras pasar la sorpresa inicial, les doy los números, porque las matemáticas no fallan. Palibex se ha convertido en un referente del mercado. En cinco años ha pasado de 12 empleados a más de 600, tienen 25.000 puntos de entrega y factura ya más de 40 millones de euros.
Y además son muy reconocibles: cómo no serlo, cuando han empezado a llenar sus camiones de obras de arte contemporáneo en gran formato. Las telas de sus camiones se han cubierto de colores y de ideas… de cambio.
Así, la conclusión de muchos puede ser que tenemos que dejar ganar a los nuevos locos, no sólo porque son más divertidos, sino porque, además, demuestran con cifras que la innovación mejora los resultados de la empresa, justo después de mejorar la vida de los que la integran. Eso sí es economía circular.
El debate de la innovación no debe ser un debate: la innovación es el medio para conseguir las cosas, el aliado perfecto para el que quiere ir más allá, la llave maestra que abre las puertas al futuro.